El Templo de Baal, ubicado en las ruinas de la ciudad siria de Palmira, al dios semita Baal Shamin y llevaba 2000 años en pie. Se empezó a construir en el año 32 antes de Cristo y se terminó en el siglo II. Cien años después sufrió los saqueos de la ciudad, y varios conflictos desde entonces. Para evitar su destrucción total, los árabes lo convirtieron en una mezquita en 1137.
Palmira es considerada una reliquia única del siglo I a. C y una pieza maestra de la arquitectura y del urbanismo romano, por las columnas de su famosa calle principal y el templo de Baal.
La ciudad de Palmira era tradicionalmente un lugar de peregrinaje para el pueblo semita y las ruinas se habían convertido en uno de los destinos turísticos de Siria. Pero los terroristas de ISIS han declarado que era un templo pagano y por lo tanto lo dinamitaron en 2015.
Parte del Tempo de Baal está a salvo gracias a que el ejército sirio trasladó un centenar de estatuas al Museo Nacional de Palmira.
Los extremistas se hicieron con el control de la localidad de Palmira y de sus ruinas grecorromanas, situadas en el este de la provincia de Homs, el pasado 20 mayo.
Un mes después, activistas advirtieron de que miembros del EI habían colocado explosivos en las ruinas, una información que, posteriormente, corroboró el régimen sirio.
Esta localidad es uno de los seis sitios sirios inscritos en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, junto a los cascos viejos de Alepo, Damasco y Bosra; el Crac de los Caballeros y las aldeas antiguas del norte del país.