La ordenación de la mezquita se adaptó al culto musulmán tal como Mahoma había fijado en Medina, donde tuvo que refugiarse en 622, culto que se reducía a cinco prescripciones de las cuales las mas importantes la oración individual y colectiva, y la peregrinación al santuario de La Meca. La reconstrucción de este santuario (de planta rectangular) fue debida a un arquitecto egipcio pues Arabia, antes de Mahoma, si bien tuvo un movimiento literario, no se distinguió en las artes plásticas; Mahoma, por su parte, sintió aversión por la escultura, que consideró como un arte propio de los idólatras y en culpable competencia con la actividad creadora de Alá y aunque la reprobación de tal arte no se halle explícitamente manifestada en el Coran se fue afirmando a no tardar en los corpus de tradiciones atribuídas al profeta, limitándose con ellos los temas de la plástica musulmana.
Para la oración en común los musulmanes de Medina se reunían en la casa de Mahoma, vueltos hacia la dirección de Jerusalén (hacia el norte) pero más tarde en la dirección a La Meca, o sea hacia el sur, de ahí que primariamente en el lado norte del patio donde se reunían y después en el lado sur se dispusiera sobre troncos de palmeras un coebrtizo de techoplano que les protegiese del sol, y tal es la primera forma de mezquita, cuyo tipo se conservará a través de los siglos. A causa de la diversidad de países que abrazaron el islam, fueron variando los tipos arquitectónicos, por lo cual durante mucho tiempo no hubo arquitectura puramente musulmana.
La composición de las partes esencales de la mezquita vino a ser determinada por el rito. Las más espaciosas tienen innumerables columnas en su interior con arcos bajo techos planos y de escasa elevación; sus muros adornándose de decorado profuso y apareciendo cúpulas como elementos que caracterizan los últimos períodos; estas cúpulas se manifiestan exteriormente, originando pintorescos conjuntos y en un principio indicaban la existencia de un sepulcro. Ellas y los altos alminares distinguen los edificios religiosos musulmanes de otros.
Las mansiones islamitas osn lisas exteriormente tendiendo en cambio en su interior ornamentación abundante. Es característico por su carácter geométrico el exorno que invade los muros y se propaga por bóvedas y techos mediante las estalactitas o mocárabes que en vez de definir una superficie continua como las pechinas bizantinas, se hallan formados por hileras de trompas que llenan las enjuntas hasta la base circular de la cúpula.