A pesar que el diseño original de Santiago Calatrava para Milwakee se finaliza en 1996 y los directivos del museo deciden ampliarlo y añadirle 5.000 metros cuadrados e integrarlo con el nuevo jardín público diseñado por el arquitecto norteamericano Dan Kiley. El Museo de Arte de Milwakee le ha valido al arquitecto español, otros encargos en EEUU como la construcción de una catedral en Oakland, California y la finalización de la catedral de St. John the Divine en Nueva York.
El diseño orginal era de un edificio de dos pisos en 1957 diseñado por Eero Saarinen como un memorial de la guerra. En 1975 se creó un espacio mayor para el museo a cargo de David Kahler quien conectó el edificio a la ciudad gracias a un puente de concreto.
Hace 10 años el cambio en el diseño lo convirtió en un punto turístico para la ciudad y en una joya de la arquitectura contemporánea. Para darle una mayor imagen a la ciudad el museo convocó a distintos arquitectos y se quedó con el proyecto de Santiago Calatrava. El impresionante diseño hoy se llama el Pabellón Quadracci en homenaje a Betty y Harry Quadracci quienes comenzaron la colecta de dinero para hacer las reformas con una donación de 10 millones de dólares.
Calatrava se insipiró en al lago cercano, los barcos y las aves que rondan los muelles para crear esta obra maestra de la arquitectura. El acero blanco y edificio de concreto es una reminiscencia de un barco gigante a punto de atravesar los mares y agrega 13,200 metros cuadrados a los 14,900 existentes de espacio para exhibiciones.
La característica más notable del Museo de Arte de Milwakee es su pantalla de sol se eleva en forma de ala situadoa en la cima de la sala de recepción. Construido de acero, 36 aletas forman la Burke Brise Soleil, que tiene una envergadura de 217 pies y se abre y cierra dos veces al día. Durante el día, la pantalla se abre para dar sombra a la entrada de cristal del sol y por la noche, la pantalla se cierra como un pájaro plegado sus alas para dormir. La envergadura es comparable a la de un Boeing 747-400; que cuenta con dos sensores ultrasónicos de viento que se cierran automáticamente las alas, si la velocidad del viento llega al 23 mph o más.
El diseño de la pantalla del pabellón y la pantalla solar fueron concebidas en 1994 y en el momento de la construcción se consideró sin precedentes. El diseño de Calatrava se consideró difícil y requiere una cantidad significativa de trabajo personalizado.