Más que obras arquitectónicas fueron obras de pura exornación ornamental, los arcos de triunfo y las columnas conmemorativas romanas henchidas de sentimiento patrio, son un legado de la imponente arquitectura del Imperio romano.
Los arcos de triunfo romanos
Los arcos de triunfo romanos, eran erigidos en honor de emperadores y generales, tenían uno o tres arcos cuyos estribos se decoraban con columnas corintias y compuestas alternando en muchos casos con grupos estatuarios y bajos relieves alusivos a las empresas victoriosas conmemoradas, generalmente el conjunto estaba sobremontado de un ático con inscripción dedicatoria. Entre los más notables cabe citar: el de Tito, en Roma, el arco de Trajano, en Ancona, el de Trajano en Benevento, el de Septimio Severo, en Roma, y el arco de Constantino también en Roma.
Columnas conmemorativas romanas
Así mismo, con el fin de perpetuar el recuerdo de triunfos militares, los romanos levantaban columnas conmemorativas para que la batalla (y sus detalles) perdure en el recuerdo.
Columna de Trajano: Data del año 114. Su estilo es dórico-romana, se levanta sobre un pedestal con trofeos esculpidos y se adorna de bajos relieves con escenas de la campaña del emperador contra los dacios.
Columna de Marco Aurelio: También ubicada en Roma ( año 174 de nuestra Era) tiene su faja de bajos relieves, enroscada en el fuste, alusiva a las campañas de las tribus germánicas del Danubio.
Columna de Alejandro: Columna conmemorativa a Alejandro Magno.
Columna romana en Via Annibale Cartaginese: La columna, donada por la ciudad de Roma, en memoria de la Batalla del Trasimeno y colocada en la encrucijada entre Via Annibale Cartaginese y Via del Porto con motivo de la conferencia internacional de Hannibal de 1961. El lugar fue considerado significativo como la teoría del Prof. G Susini identificó en él un punto de apoyo de la refriega.