La geometría sagrada se llama a la patrones matemáticos que se encuentran en la naturaleza. La proporción de la geometría sagrada transmite armonía ya que forma parte de la creación divina. Desde épocas prehistóricas hasta nuestro días el hombre ha reproducido la geometría sagrada en el arte, la arquitectura para crear formas que llaman la atención del ojo humano, encandilan y generan una sensación inmediata de paz interior. La divina proporción está presente en toda la naturaleza.
Un ejemplo de geometría sagrada es: la proporción de la falange con respecto al dedo es la misma que la proporción de la mano con respecto al brazo. Y así todo el cuerpo y todos los seres vivos.
En muchos edificios religiosos de la Edad Media como templos, mezquitas, megalitos, basílicas, iglesias, altares, tumbas en la creación del arte religioso y la iconografía, se han utilizado las proporciones de la geometría sagrada o la “divina proporción” ya que se trata de un conocimiento muy antiguo. Fray Luca Pacioli, un monje italiano, escribió en (1445-1517) un libro llamado: “La Divina Proporción” cuyas ilustraciones realizó Leonardo Da Vinci. En este libro el monje señala que la proporción áurea es la manera en que Dios se hace visible en el mundo; es una expresión de la armonía del Universo.
El molusco llamado nautilus crece a una velocidad constante para que la cáscara que forma una espiral logarítmica perfecta se acomode a ese crecimiento sin cambiar la forma.
También, las abejas construyen los panales hexagonales perfectos para sostener su miel.
La divina proporción ha sido estudiada por los matemáticos desde Euclides incluyendo su aparición en las dimensiones de un pentágono regular y en un rectángulo de oro, que se puede cortar en un cuadrado y un rectángulo más pequeño con la misma relación de aspecto.
La proporción que aparece en la naturaleza es el número PHI: 1.6180339887 que es la proporción divina.