La fachada principal de la Catedral de Toledo tiene tres puertas: la del Perdón, que es la del centro, la llamada del Juicio o de los Escribanos que es la de la derecha según se mira y la de la Torre o de las Palmas a nuestra izquierda.
La Puerta del Perdón que es la más interesante en cuanto a su arquitectura: consta de un magnífico arco gótico exornado de múltiples y preciosos adornos del mismo estilo tanto en los costados como en la bóveda todo de piedra blanca. Unas muy buenas esculturas de los apóstoles con la del Salvador en el centro, aumentan, si cabe, la belleza artística de esta puerta monumental. Sobre el centro del arco y sobre la misma puerta, se ve en medio relieve, el escudo de armas de la catedral que tantas veces veremos repetido en el interior del Templo, o sea, la Imposición de la casulla a San Idelfonso por la Santísima Madre de Dios, en Enero del año 666.
Por encima de este arco hay un frontispicio triangular mostrando en su centro en un óvalo de piera un jamón con azuucenas símbolo de la pureza de María. Este frontón de estilo greco-romano, que desdice un poco de la magnificencia del ojival que, más abajo triunfa con todo su esplendor. Más arriba se levanta el tercer cuerpo que consta de dos grandes arcos de piedra berroqueña, divididos por una columna que termina en un plinto donde se apoya una estatua colosal con una cruz en la mano izquierda y una palma en la derecha. Representa la Religión.
Hacia el fondo se divisa el espléndido rosetón que se puede admirar del interior.
Toda esta obra se corona con un antepecho calado y con jarrones y flameros recortándose su hermosa cresterí sobre el fondo azul del cielo hacia Oriente.
Las enormes hojas de la puerta que describimos de más de cinco metros de altura, están chapadas en bronce y bellamente trabajadas. Según la leyenda que las circunda, fueron fabricadas y colocadas en el año 1375.
La Puerta del Juicio que es la de la derecha según se mira, se llama así porque en el medio punto de la misma se representa, en bajo relieve, el Juicio Final. Y también de los Escribanos, porque en una casa frontera, celebraban sus Juntas el Colegio de Escribanos de Toledo, siglos atrás.
La portada de la izquierda se llama de la Torre por estar casi debajo de la misma, de esa torre que alcanza una altura de casi 90 metros y de una solidez, belleza y gracias encantadoras. En lo alto, está la célebre ‘campana gorda’ de 1543 arrobas de peso. Todos los días a la hora meridiana, retumba en los alrededores al dar tres voces de bronce. También de las Palmas porque por ella entraba la procesión del Domingo de Ramos.
Bien se ve que la torre está construída en diferentes épocas; observaremos los distintos estilos arquitectónicos y los escudos de los respectivos arzobispos.
En el otro extremo de la fachada se levanta la cúpula, construida por Jorge Theotocopuli, que ilumina las magnificencias de la famosa Capilla Mozárabe.
Esta es a grandes rasgos, la soberbia magnífica imponente fachada principal del Templo Primado digna de los infinitos tesoros de Arte y de Fe que guarda a través de los siglos en su interior.
En su construcción al parecer intervinieron entre otros artistas: Albar Gomez, maestro mayor de obras, el arquitecto Eugenio Durango, natural de esta ciudad, y probablemente Mariano Salvatierra, escultor de la Catedral a finales del siglo XVII.