La época del reinado de Fernando, de Aragón, e Isabel, de Castilla (1474-1504) fue de suma actividad y de gran desarrollo artístico. Las construcciones más importantes que se alzaron fueron las capillas reales de una sola nave, con tribunas para los monjes de los monasterios a los cuales dichas capillas iban adjuntas. Las mayores, San Juan de los Reyes, en Toledo, y la Capilla Real de Granada, fueron sucesivamene destinadas a contener las tumbas reales.
El arquitecto autor de la primera de estas fábricas fue conocido en España por Juan Guas; el de la segunda llamóse Enrique de Egas, hijo de Anequín. Coetáneamente floreció en gran manera la forma artística propia para la exoneración de los monumentos arquitectónicos nuevos y antiguos. Durante el siglo XV en Barcelona, hábiles y sensibles forjadores cerraron con rejas rematadas por naturalistas florones las capillas de la Catedral; y también en tierras castellanas, desde el final de dicho siglo, se siguió aquella costumbre incluso para la capilla mayor. El modelo de tales verjas, en que las composiciones góticas se combinan con motivos heráldicos y fauna ornamental, parece haber sido dado por un maestro mayor de Toledo llamado ‘Juan’ y apellidado ‘Francés’ por ser originario de Francia, del cual existen obras firmadas en la catedral de Burgo de Osma.
El arte mudéjar se combinó brillantemente con las últimas reminiscencias del goticismo en las galerías y los artesonados de la Aljafería de Zaragoza en la cautivadora exornación del Palacio del Infantado, en Guadalajara y en el palacio arzobispal de Alcalá de Henares. las grandes capillas funerarias del planta octogonal, como la Capilla del Condestable, en Burgos, y el cimborio de la Seo de Zaragoza (obra de Enrique de Egas) tienen bóvedas con nervios entrecruzados recordando los dibujos musulmanes. Incluso el principio de la decoración musulmana que repite sus elementos indefinidamente, se impuso a Juan Guas al alinear en el coro de San Juan de los Reyes (de Toledo) su serie de águilas portablasones. La decoración esculturada de la Cartuja de Miraflores que la reina Isabel transformó en capilla funeraria para sus padres fue confiada a Gil de Siloé y sus estatuas y figuras verdaderos joyeles de alabastro o de madera polícroma y dorada, tienen las características del arte flamígero. En Valladolid, que fué una de als residencias preferidas de los Reyes Católicos, Gil de Siloé con otros artistas decoraron las fachadas de San Pablo y del Colegio de San Gregorio en forma que constituyeron unos revestimientos exteriores de escultura que pueden compararse con los revestimientos policromos de los interiores de los alcazares islámicos. El gusto musulmán por la repetición indefinida se halla asimismo en la decoración de fachadas de palacios tales como la Casa de las Cnchas en Salamanca, es también, con su policromía y sus bellos azulejos, un destacado ejemplar gótico de oriental riqueza. Este estilo enérgico y pomposo sorprendente combinación de arte germánico y arte musulmán, ha sido llamado por Bertaux: estilo Isabel.
Sin embargo, muy pronto los motivos italianos se superpusieron a los dibujos góticos hasta en los trabajos de orfebrería y se destacaron plenamente en la custodia de Medina de Ríoseco, obra de Antonio de Arfe, hijo de Enrique; nuevo matiz estilístico, cuyos detalles semejan cincelados en la piedra como si lo fueran en plata, conocido por los tratadistas con el nombre de estilo plateresco. Pero en la parte estructural arquitectónica prosigue la construcción del sistema gótico de pilares y bóvedas hasta ya muy entrado el siglo XVI. Habiendo durado el estilo Isabel cosa de medio siglo (desde 1475 hacia 1525) apareció seguidamente el antedicho arte híbrido y de excesiva fastuosidad, si bien su nombre de plateresco no estuvo en uso hasta el siglo XVII cuando el sevillano Ortiz de Zúñiga, describiendo ciertos monumentos, como la Catedral de su ciudad que imitan en sus formas las italianas, habló de las ‘fantasías platerescas’. A la compleja formación del estilo plateresco contribuyeron elementos del Renacimiento, sobre todo italiano, otros elementos franceses con un fondo de preciosismo gótico, además de las innovaciones constructivas de la época y muchos temas de arte popular. Resumiendo: fue el estilo plateresco la primera asimilación española del arte italiano, preparada ya por el estilo Isabel.