El arquitecto es un profesional que no solo trabaja por lucro o presta un servicio para su cliente sino para la sociedad. El proyecto del arquitecto, a diferencia de otras profesiones es el que más cambio puede producir en la sociedad o en una comunidad determinada.
Los proyectos de arquitectura a menudo están relacionados con el progreso, la cultura, la evolución y el paso del tiempo. El cliente de un arquitecto pocas veces hace un uso privado y único de una construcción que no afecte también a quienes rodea. Un edificio de viviendas, un edificio de oficinas, un estacionamiento, un puente, una represa hidroeléctrica siempre impactan de diversas maneras en su entorno.
El primer impacto es es visual, que puede ser positivo o negativo, de cualquier forma generará preguntas, cuestionamientos, discusiones en el entorno local. El entorno es testigo de la construcción de un espacio y a menudo se siente dueño o propietario del mismo ya que afecta su cotidianeidad de manera sobresaliente. Esta apropiación que hace el entorno de la construcción debe ser un aspecto importante a tener en cuenta para el arquitecto, ya que este no solo diseña un bien tangible de uso privado sino un proyecto completo de impacto social que implica aspectos positivos, negativos de amplio alcance.
El reconocimiento del entorno como factor influyente en los proyectos es un aspecto que es tenido en cuenta cada vez más en la arquitectura moderna. De estas demandas del entorno surge también la Responsabilidad Social del Arquitecto, a fin de limitar el impacto contra el medio ambiente de una obra. El arquitecto debe tener en cuenta que muchas veces las leyes fueron hechas para cubrir algunas demandas sociales. Y en países subdesarrollados o con conflictos políticos a veces la burocracia impide que surjan nuevas leyes que cubran los reclamos de la sociedad. Es entonces cuando a veces se realizan manifestaciones, protestas o un sinnúmero de quejas frente a una obra que cumple con la ley. Tener en cuenta estos reclamos es un paso importante a la vez que dialogar con los afectados o los medios de comunicación sobre el proyecto para transmitir los beneficios del mismo. Es por esto que el arquitecto de hoy debe contar con una serie de habilidades llamadas “blandas” como la comunicación, oralidad, facilidad para las relaciones interpersonales o capacidad de negociación.
La sociedad le demanda hoy al arquitecto que sus proyectos no sólo beneficien a su cliente sino de alguna forma directa o indirecta a la sociedad en general.
Los individuos de la sociedad actual están cada vez más informados de sus derechos, de la resposabilidad de las empresas frente al medio ambiente y de que son capaces de moldear su propio entorno mediante la presión a políticos y con la ayuda de los medios de comunicación. Las tendencias o los proyectos arquitectónicos exitosos en este sentido, proyectos abrazados, admirados y valorados por la sociedad, deben ser un modelo a analizar para todos los arquitectos antes de iniciar un nuevo emprendimiento.
Soy estudiante de arquitectura, opino que actualmente la gente en general no valora la arquitectura, antiguamente si lo hacían, existía un impacto importante en la sociedad. Me doy cuenta que los únicos que ven ese impacto y esa importancia de las edificaciones actuales son los mismos arquitectos y conocedores del tema, pero las personas en común solo ven un edificio bonito. Quisiera conocer más edificios como el parlamento de Bangladesh que hizo reforzar a las personas de toda una nación un pensamiento más introspectivo sobre la realidad y su entorno. No estoy seguro si la arquitectura va a cambiar al mundo, pero quisiera encontrar la manera, ojalá haya una solución general que desgarre con toda la corrupción, pobreza y sufrimiento.