En los arcos del Convento e Iglesia de San Francisco de Santiago de Compostela son notables los capiteles historiados de gran sencillez, aunque tallados con energía. Los dos claustros del convento son del siglo XVII.
La iglesia es proyectada por Simón Rodríguez (1742) en cuya labor le ayudan varios maestros fransciscanos concluyéndola Fray Plácido Caamiño y Ferro Caaveiro a base de ornamentación con tendencias al barroco gallego. La fachada equilibrada y sobria, conjuga en sus dos cuerpos las reglas dórica y jónica; en una hornacina, el “Poverello” (San Francisco) de Ferreiro (1785) en la parte alta y torres de Melchor de Prado y Mariño, se ha llevado a cabo por la Dirección de Bellas Artes, una restauración a causa de un desprendimiento habido hace pocos inviernos.
En el interior planta cruciforme, con tres naves; se utilizan placas recordando a San Martín Pinario las pilastras y la altura de la bóveda realzan la esbeltez del conjunto. En el retablo mayor, inspirado en la fachada, brilla con luz propia la Inmaculada; son igualmente notables la sillería del coro alto y el grupo de la capilla de San Diego, de Agustín Ayamonte. En una nave lateral, una valiosa Cruz con reliquias traídas de Jerusalén.
Delante del convento el magnífico monumento de Asorey dedicado a San Francisco en el VII Centenario de su muerte; está labrado en granito con técnica, acaso fruto de largas horas de contemplación del Pórtico de la Gloria catedralicio. En el campillo la capilla de la Venerable Orden Tercera.
Convento e Iglesia de San Francisco
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