El castillo San Felipe de Barajas está situado en la ciudad de Cartagena, Colombia. Se ubica en lo alto del monte San Lázaro, a una altura de cuarenta metros sobre el mar. Está elevación del terreno era excelente para divisar cualquier enemigo de las invasiones.
Este castillo es un ejemplo de las fortalezas abaluartadas, que se utilizaban en el imperio español entre los siglos XVII y XVIII. Estos elementos arquitectónicos se utilizaban proyectados hacía el exterior del castillo, para flanquear al enemigo.
El Castillo San Felipe de Barajas es una fortaleza de la arquitectura clásica, acorde a la arquitectura de la época militar española. Las plazuelas del interior, cuenta con garitas con influencia del estilo renacentista. Su construcción comenzó en el año 1656 y terminó un año después. Los materiales usados durante su construcción se basan mayormente en ladrillos y rocas.
Durante los siglos posteriores el Castillo San Felipe de Barajas ha sido ampliado significativamente hasta alcanzar la apariencia de la actualidad. La obra más importante transcurrió durante 1656 con el ingeniero Ricardo Carr como encargado enmendado por Pedro Zapata de Mendoza.
El castillo se compone de la estructura principal, situada en el centro, un cuartel y un polvorín. Todas estas edificaciones están rodeadas perimetralmente por un total de siete baterías. Cada una de ella se adapta sobre el terreno donde está situado, haciendo del Castillo San Felipe de Barajas una planta asimétrica.
La batería de Redención se sitúa al norte. Cuenta con un terraplén corto. La batería San Lázaro está en el lado contrario y tiene forma circular para adaptarse a la montaña. Apóstoles, San Carlos y Santa Bárbara son las baterías ubicadas en los salientes del castillo y todas cuentas con un parapeto que sirve de muro. Finalmente las baterías Hornabeque y Cruz están al mismo nivel que la fortaleza y cuentan con elevados y enormes muros. Todas las baterías del castillo San Felipe de Barajas están unidas entre sí por túneles y galerías en el interior, y por fosos en el exterior.
El castillo de San Felipe de Barajas sufrió una ampliación por parte del ingeniero Militar Antonio de Arévalo en el año 1762. En esta obra se le construyó las baterías colaterales convirtiendo al castillo en una enorme fortaleza impugnable que jamás volvería a ser atacada.
En el año 1811 el Castillo San Felipe de Barajas entró en estado de abandono tras vivir la ciudad un asedio. Un siglo después, en 1928 comenzó los trabajos dirigido por Carlos Crismatt para restaurar el castillo.