El Castillo de Gaillard, también conocido por su nombre francés Château Gaillar, es una fortaleza medieval que se encuentra actualmente en ruinas, está posicionado sobre un acantilado y se encuentra en Verxin normando, a unos 100 kilómetros de la ciudad de París en el municipio de Les Andelys, Eure. Forma parte de la historia de Francia, dominando el paisaje del Valle del Sena, el Castillo de Gaillard cuenta con una historia que se remonta a más de 800 años atrás, su construcción tuvo un valor de aproximadamente 50.000 libras.
La construcción del Castillo de Gaillard fue realizada por Ricardo Corazón de León o también conocido como el mítico Ricardo I de Inglaterra, quién bautizó dicho castillo gracias a la expresión “Que castillo tan gallardo”, expresión que dijo al ver finalizada la obra. El Castillo de Gaillard fue construido en tiempo récord, pues nada menos que en dos años entre 1195 y 1197 fue realizada su edificación, su diseño y sus caracteres arquitectónicos están inspirados e influenciados en los Castillos de Siria que el mismo Ricardo I conoció mientras realizaba sus andanzas en las cruzadas, resultando este diseño muy moderno para su época. Para la obra se utilizaron aproximadamente una cantidad de 4.700 toneladas de piedra.
Sobre la meseta se encontraba un conjunto de puestos avanzados y plazas fuertes sobre los montículos con fosos. Había una zona pantanosa situada en el valle, entre las dos aldeas fortificadas de Andelys, y sobre el río, una trama de cadenas que impedía el paso de los barcos. En el centro de la construcción se encontraba un puesto de observación impenetrable.
El castillo esta formado por tres perímetros concéntricos separados por fosos secos que encierran el keep o núcleo en el centro. Dentro del patio central incorpora una gran torre o donjon, establos, talleres y almacenes. Estas últimas estancias fueron añadidas a lo largo de los años. Todo el castillo fue construido con grandes bloques de piedra.
En cuanto a las medidas defensivas del Castillo de Gaillard, la muralla festoneada lograba evitar el impacto de los proyectiles en las paredes y el torreón se encontraba protegido por un espolón en su base que estaba dispuesto a repeler el ataque. Se utilizaron tres fosos de 120 metros de longitud sobre el nivel del Sena y varios escondites bajo tierra para que el almacenamiento de provisiones en caso de un posible asedio, es destacable que éstas medidas fueron factiblemente funcionales durante la mayor parte de su historia. No fue sino hasta 1204 que las tropas francesas después de tres años de asedio lograron la conquista definitiva del castillo, gracias a una pequeña ventana en la cepilla por donde lograron ingresar.
El perímetro exterior con forma de pentágono incorpora cinco torres, de las cuales tres se encuentran en las esquinas y dos centradas sobre los muros. Las torres permitían que se produjera fuego sobre posibles ataques a los muros, y protegía además las rondas. Dentro de estas líneas se incorporan por primera vez matacanes y saeteras. Los matacanes se introducen en la arquitectura europea consecuencia de las Cruzadas.
Hasta el siglo XIII era habitual que la parte superior de las torres y de los perímetros defensivos se rematase con galerías de madera desde las que se lanzaban objetos o flechas, son embargo, en ocasiones resultaban demasiado débiles. El perímetro interior presenta una gatehouse, torre que flanquea la entrada para evitar que se produzca un ángulo muerto sobre el control de la puerta. El diseño de la ronda interior es un muro con semicírculos incorporados, esta innovación presenta diversas ventajas, en primer lugar dota de mayor resistencia al muro frente a arietes, torres de combate y cañones, que además errarían su tiro al no fijarlo sobre una superficie plana, sino curva. Por otra parte el diseño curvo permitía que se pudieran disparar flechas encendidas en todas las direcciones. Este mismo modelo de castillo se desarrollará mucho más hasta llegar al refinamiento militar de Krak des Chevaliers, fortaleza defensiva influenciada por las experiencias de los cruzados. Eduardo I de Inglaterra desarrollaría también este modelo en Gales a finale sdel siglo XIII.
Lamentablemente hoy por hoy estas edificaciones se encuentran en un estado de conservación muy deplorable, sin embargo todavía es apreciable la grandeza de sus formas de las cinco torres de defensa, en donde la mayor de éstas cuenta con muros de 5 metros de grosor y un diámetro de 8 metros.
Sin duda alguna una edificación con mucho de que hablar.