La casa de los Morlanes es un edificio del s. XVI. La fachada principal construida en ladrillo sobre zócalo de sillar es lo único que conserva de su edificación original. Y es esta propia fachada la que es digna de admirar por su decoración en su parte superior con galerías de arcos de medio punto doblados y motivos vegetales en todas sus ventanas.
Los Morlanes eran los más importantes escultores del momento, y pertenecieron a una de las familias de noble linaje con una elevada posición económica del momento. La construcción se finalizó en 1555, según fecha que aparece en el friso de uno de los vanos de la fachada. Posiblemente su autor fuera el escultor Gil Morlanes “El Joven”, de quien tomaría su actual denominación.
En la planta baja se abre la portada con forma de arco de medio punto y jambas de piedra, junto con grandes vanos. La decoración situada en la planta noble es uno de los pocos restos antiguos. Los balcones aparecen flanqueados por estípites y llamativos relieves, coronados con frontones rectos y curvos que albergan importantes representaciones iconográficas. Los primeros recogen escenas del mundo romano y los segundos de la Historia de Israel. Este tipo de ornamentación simbólica es propia de finales del Renacimiento y comienzos de un nuevo estilo, el Manierismo. Se remata la fachada con el mirador de arquillos y una cornisa, en lugar del típico alero de madera.