La captación solar pasiva es la forma más económica y eficaz de producir energía térmica. Siendo la energía solar, la principal fuente de energía. No hace falta el uso de sistemas mecánicos, solo basta con aprovechar la misma estructura, la orientación y el diseño arquitectónico adecuado.
El efecto invernadero es primordial en la captación solar pasiva, ya que la radiación penetra por el vidrio, produciendo calor en los materiales que se encuentran detrás suyo, la radiación infrarroja que sale de dichos materiales es contenida por el vidrio, impidiendo que salga y así quede en el interior del recinto.
Los materiales que han recibido la energía solar, retienen este calor y posteriormente lo liberan dependiendo de su inercia térmica. Para un mayor rendimiento se recomienda el uso de contraventanas, persianas o algún tipo de aislamiento móvil.
Se pueden encontrar varios sistemas de captación solar pasiva, distinguiendo entre los elementos captadores y los elementos acumuladores
Los captadores son los encargados de recoger la radiación solar y se clasifican en:
Directos: la captación solar es directa y recae sobre el lugar que se desee calentar.
Indirectos: aquí la captación la realiza un elemento de almacenamiento el cual está situado en la parte detrás del cristal.
Los acumuladores son los encargados de almacenar la energía para luego ser utilizada y se clasifican en: constructivos y de acumulación.