Las calderas de condensación, son aquellas que producen agua caliente, entre 40 a 60 grados, con un gran rendimiento y en donde las temperaturas son más bajas que en las de gasoil, y las cuales suelen funcionar generalmente con gas natural, lo que permite un aprovechamiento del calor resultante de la vaporización del agua conformada en el proceso de combustión.
Las calderas de condensación tienen una ventaja, la cual es su mayor rendimiento en comparación a las calderas comunes, aunque su contra es su menor calor máximo alcanzado, en relación a otras calderas, para poder condensar, lo cual exige radiadores (emisores) de mayor tamaño (que tengan mayor emisión) o también sistemas de suelo radiante (emisión de baja temperatura). Las calderas de condensación tienen emisiones de dióxido de carbono más reducidas, siendo muy seguras.