El arte característico de Aragón es el mudéjar, cuyos monumentos se encuentran en casi todos los pueblos de la cuenca del Ebro, como las catedrales de Calatayud, Teruel y Utebo, dotadas de bellísimas torres-campanario y que dará otras muchas obras de consideración hasta entrado el siglo XVIII, en el que el mudéjar se funde con el barroco. Pero también el arte anterior y posterior dió grandes realizaciones: las pinturas rupestres prehistóricas de las zonas de Alcañiz y Albarracín; la arquitectura ibérica (poblado de Calaceite) y romana (murallas de Zaragoza, restos de las ciudades de Bílbilis y Arcóbriga) la paleorrománica (San Juan de la Peña, iglesias de Lárrade y Gavín); iglesias y monasterios del gran románico aragonés, con centro creador en Jaca, y muestras en Huesca y norte de Zaragoza; del gótico (catedrales de Tarazona y Huesca) y del renacentista (Santa María de Calatayud).
En la época a caballo de los siglos XVIII y XIX se yergue la figura insigne de Francisco de Goya y Lucientes, primera gloria de Aragón y una de las primeras de España y del mundo, que aparece en solitario en la escena pictórica de su tiempo, con su impresionante galería de retratos, de escenas populares, de pesadillas bélicas o supersticiosas, de grabados, dibujos y frescos y que resume en sí mismo las características sublimadas de su época y tierra.
Alguno de los referentes de la riqueza cultural de Aragón: Goya, con los Bayeu, los Argensola, Servet, Joaquin Costa, Ramón y Cajal, Pablo gargallo, Ramón J. Sénder, Camón Aznar, F.Carrasquer, IdelfonsoM. Gil, Manuel Pinillos, Labordeta, Gil Novales, y los directores de cine Buñuel y Saura.
El Pilar de Zaragoza, la cerámica de Teruel y de Alcora, la leyenda de los Amantes de Teruel, la Universidad de verano de Jaca, los tambores de Calanda, el Corpus de Zaragoza, la Semana Santa de Huesca, la romería de Nuestra Señora del Pueyo, y la jota cantada y bailada al son de las guitarras y las bandurrias.