¿Quienes fueron los visigodos?
Los visigodos eran tribus bárbaras de origen germano que migraron hacia la península ibérica hacia el siglo V. Aprovecharon la debilidad de poder de Roma para migrar y asentarse en diferentes partes. Suevos, vándalos y alanos. Procedentes de las costas del mar Báltico los godos se encaminaron hacia la parte occidental del Imperio romano. Los que se asentaron en Italia, se llamaron ostrogodos mientras que los que se instalan en el sur de Francia y norte de la península eran los visigodos. Eran mercenarios que obtenían tierras a cambio de servicios militares.
Salviano de Marsella (siglo V) dijo sobre las clases populares ante la crisis económica y social de ese momento: “Van a buscar entre los bárbaros la humanidad de los romanos. Porque no pueden soportar más de los romanos una inhumanidad propia de los bárbaros”. El último gobernante del imperio romano unificado fue el Emperador Teodosio quien declaró el cristianismo como religión oficial.
Los visigodos llegan a Hispania como federados de Roma y luchan como aliados en los ejércitos romanos para expulsar a los pueblos alanos y vándalos. A cambio les dieron tierras y los dejaron asentarse en los territorios peninsulares.
En número los visigodos eran una proporción muy pequeña de los habitantes de Hispania (que eran unos 4 ó 5 millones). Con el paso del tiempo la relación fue cambiando entre los visigodos y los hispano romanos. Tarragona representa la última entrega de poder de los romanos a los bárbaros y el comienzo de la disgregación del imperio en Hispania. La ciudad de Tarragona se rinde a los visigodos poniendo fin a 700 años de presencia romana en la península.
Eurico se convierte en el primer rey de un territorio visigodo independiente. Con capital en Tolosa, abarca el sur de la Galia y gran parte de Hispania.
Los visigodos chocan con el empuje de los francos otro pueblo germano que se ha asentado al norte de la Galia y quiere extender su dominio hacia las provincias fértiles del sur.
Los visigodos son el pueblo germánico más romanizado. Con el tiempo adoptan una organización social muy similar a la romana. Un ejemplo de ello la Basílica de Carranque levantada por los visigodos sobre las ruinas romanas.
En el Museo histórico de Écija en Sevilla se pueden apreciar vasijas, cuencos, elementos domésticos propios del reino visigodo.
El rey visigodo Ervigio se convirtió al catolicismo en el siglo VII y combatió fuertemente el arrianismo y el paganismo. Además combatió a los suevos, a los judíos y a los bizantinos, y se cree que fue el impulsor de la unidad política, religiosa y jurídica de Hispania. Las directrices del reino impedían los casamientos mixtos (hispanos y paganos) entre otras.
El arte visigodo
San Isidoro de Sevilla (finales siglo VI) fue el principal representante de la cultura en la época visigoda. Junto con su hermano Leandro, combatió el arrianismo y promovió la conversión al catolicismo. Escribe en latín obras de teología, filosofía e historia. Su mayor aportación a la cultura son los 20 volúmenes de sus etimologías donde describe el origen de las palabras. También destaca su obra “Alabanza de Hispania” con gran influencia en los siglos posteriores, creando una tradición de una misma conciencia geográfica y social. Así como el código civil y la arquitectura fueron tomadas de los romanos, el arte visigodo destacó por su orfebrería y edificios similares a los romanos.
El arte visigodo utiliza un repertorio de técnicas y motivos comunes al arte romano a los que dota de un carácter propio. Presenta una gran originalidad creativa y ofrece muestras excepcionales en arquitectura y orfebrería. Como edificaciones destacan las basílicas con ábside y las naves separadas por hileras de columnas. La obra arquitectónica más característica de la época visigótica es la Iglesia de San Juan de Baños en Palencia. En las iglesias visigodas vivían monjes ermitaños.
Las basílicas de San Pedro de la Nave en Zamora y Quintanilla de las Viñas en Burgos son dos ejemplos que muestran la expresión arquitectónica visigoda. Tomada del mundo clásico, la decoración ornamental es geométrica y vegetal. Los racimos de uva, las hojas y las flores tienen un claro simbolismo cristiano que alude a la eucaristía.
Orfebrería de los visigodos
Los visigodos destacaron también por su intensa labor de orfebrería de clara influencia oriental. Trabajan muy bien el oro y las piedras preciosas; fabrican fíbulas, cruces, broches y cinturones con los que ostentan su poder. Algunas piezas como las coronas votivas de los reyes Suintila y Recesvinto son de gran valor simbólico y están realizadas en oro con pedrería incrustada. La finalidad de estas piezas era coronar los altares de las iglesias.
En el Museo de los Concilios en Toledo podemos apreciar diversas obras de gran valor de orfebrería de los visigodos.
Durante el siglo VII florecen talleres dedicados al trabjao del metal ubicados principalmente en Toledo. Hoy se continúa la tradición de los espaderos visigodos con una técnica que llega a su perfección en el Renacimiento. Las espadas visigodas anticipan la fama que alcanzará más adelante el acero de Toledo.
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Tesoro de Guarrazar, Toledo. Fue encontrado por dos labradores dentro de una cámara. Está formado por diez coronas votivas, ocho cruces y una escena de la Anunciación tallada en una esmeralda. Incluye la corona de Recesvinto.
Las ciudades visigodas
Las ciudades se mantienen como centros administrativos, religioso y políticos del reino visigodo. Se reutilizan edificios de épocas anteriores y se levantan nuevos edificios siguiendo la tradición del bajo imperio romano. En el campo las casas se construyen de madera, adobe y piedras, cubriendo el techo con paja. En su interior habitan conjuntamente las personas y los animales. Cerca se encuentran los huertos donde se cultivan alimentos.