Arte maya

Los mayas ocuparon una amplia zona que abarca desde la península de Yucatán a las actuales repúblicas de Guatemala y Honduras. Importantes ciudades-estados emergen pujantes en el curso de unas cuatro o cinco centurias, entre los siglos IV y VIII o IX: Uaxactún, Yaxchilán, Tikal, Naranjo, Quiriguá, Piedras Negras, Palenque, Copán. Elevaron pirámides, templos, palacios, concibieron estelas y relieves, ejecutaron pinturas, cerámicas y códices; su arte, de un fascinante refinamientol estético, contrasta con las formas austeras del altiplano mejicano. En el siglo IV ya labraban el jade a la perfección, con el rigor de la línea de precisión del dibujo de la famosa Placa encontrada en Tikal y que se conserva en el Museo de Leyden; y la pirámide de Uaxactún, hacia la misma época, inaugura un tipo de construcción propiamente maya. Así, las escalinatas se superpon en el conjunto y están ornamentadas por cornisas y mascarones del dios Chac, alternados cons erpientes, estando el cuerpo de la pirámide cubierto por un estuco blanco, reluciente bajo el sol, que le otorga unidad técnica y estilística.

Salvador Toscano, por ese singular sentido de la belleza unido al adorno y a la fanstasía, al movimiento y a la sutileza del movimiento, hablaba de “la tendencia a la elegancia y a la decoración, expresiones del refinamiento barroco del espíritu maya”. En efecto, elegancia y refinamiento se avienen espléndidamente al espíritu barroco y rococó maya, el cual fue calificado de sueño de una noche tropical.
Para comprender las características distintivas del arte maya, nada mejor que partir de su organización religiosa. Concebían a un creador supremo Hunab, cuyo hijo Itzmná está considerado señor de los cielos, de la noche y del día, y se asociaba a Kinch Abau, dios solar. Chac encarnaba el dios de la lluvia: con su enorme nariz o trompa aparece en la fachada de los edificios de Yucatán y se lo vincula a Kukulkán deidad del viento. Las deidades de la lluvia, del viento y de la agricultura o el maíz, representado éste por un joven príncipe constituían una trilogía regidora de los destinos de la comunidad. El gobierno religioso, político y social era ostentado por un “huinic huinicoob” (verdadero hombre) y su poder lo aparejaba a los dioses, y dba alugar a una teocracia en la que “el Sumo Sacerdote resultaba al mismo tiempo la más alta autoridad civil”. Este rango diferencial del gobierno maya hace de sus principios y sacerdotes seres de pompa y de leyenda: el pueblo le rendía honores supremos. Vivían los “verdaderos hombres” en palacios suntuosos con un boato y refinamiento que definen su gusto estético, alucinante y barroco.
Los edificios de formas rectangulares, fueron levantados  sobre basamentos, con un vigoroso impulso vertical. Altas y empinadas escaleras llevaban (como en Tikal o en la pirámide del Adivino de Uxmal) a la cima y cada templo, elevado sobre una colina, lucía encima de la construcción una creta decorativa. Los edificios eran de sólidas paredes de un metro o más de ancho, y los interiores, casia modo de galerías, contenían cámaras muy estrechas. Los templos “casi no eran más que relicarios o grandes altares”. El culto se celebraba al aire libre, frente a los templos y pirámides.La ventan no era conocida (pequeños vanos hay en Palenque) pero existía al arco falso. El arquitecto maya amaba la altura y empleaba en la decoración piedras labradas y engastadas para animar esas cajas. La torre del palacio de Palenque de planta cuadrilátera, es única en su tipo, alta y dominante en e paisaje de verdes espacios. “El arte maya descubre la vertical”, dice Westheim. He aquí una diferencia esencial con respecto a Teotihuacán, que ama la horizontal.
La vertical maya resalta aún más a través de las cresterías antes mencionadas, un adorno que remata la construcción arquitectónica y una prueba elocuente de que el artista maya inventa formas no sujetas a cánones infranqueables a fin de obtener resultados estéticos.
Una forma dominante de la escultura maya fue la estela, espcialmente si pensamos en Copán, Piedras Negras y Quiriguá. Se erguían en un principio cada veinte años (un kantún) y posteriormente cada medio y cuarto kantún. Medían si el tiempo, según lo prueban los glifos, un acontecimiento astronómico, a la vez servían de “glorificación” de los “verdaderos hombres”. Comenzaron siendo relieves, para acercarse cada vez más a la escultura de bulto, de Piedras Negras y Quiriguá hacia el siglo VIII. La luz y la sombra preocupaban al escultor maya, que acudía a este medio ilusorio para obtener su expresión en figuras y ornamentos. La línea crecía ondulante en su fluir majestuoso. La incisión en piedra de la estela10, de Seibal, por ejemplo, una superficie cincepada de dibujo cerrado y minucioso, contrasta con la estela D de Quiriguá, demáscaras superpuestas y con otras de Piedras Negras, ricas en arabescos y rasgos figurativos que emergen del fondo y se adelantan en un peligrosos realismo.

 

 

Artículos relacionados

Cultura inca
En el vasto imperio incásico, de 4000 km. de longitud,...
Leer más
Alineación de las pirámides de Egipto y las precolombinas
Durante al menos diez mil años, los seres humanos han...
Leer más
Chichén Itzá
Chichén Itzá es un complejo de ruinas mayas, que fue...
Leer más
Arte azteca
Los aztecas invadieron el territorio de los toltecas a finales...
Leer más
Castillo de Chichén Itzá
Chichén Itzá es la ciudad maya que está ubicada en...
Leer más
Chinampas mayas
Las chinampas son un método de agricultura maya que comenzaron...
Leer más

Dejá un comentario