Como una fase de la Edad de Hierro apareció en el suelo hispano el llamado arte ibérico conociéndose con tal nombre el arte producido por los indígenas en los siglos VI a III antes de Cristo. El templo del Cerro de los Santos en Albacete parece ser la obra arquitectónica más importante del arte ibérico, pero de él casi sólo se ha podido reconstituir su planta rectangular, in antis, con vestíbulo y cela.
En cambio las estatuas que en tal templo hallaron los padres escolapios de Yecla constituyen el conjunto más numeroso de la escultura ibérica: erguidas figuras de tipo arcaico, si bien con rasgos faciales que perduran aún hoy en la raza levantina. Son obras de arte bastetano si se les da el nombre derivado de Bastetania, la tribu que pobló la comarca en donde fue edificado el templo o santuario de referencia próximo a otro, el que debió existir en el Llano de la Consolación como atestiguan esculturas de igual grupo halladas en el lugar así denominado.
De las obras helénicas, fenicias y cartaginesas recibirían influjos los más viejos imagineros hispanos en su gran rudeza técnica que les invistió de carácter. La más perfecta figura humana que se conoce de la civilización ibérica es la titulada Dama de Elche que, descubierta en 1897 pasó al Museo del Louvre después de haber sido adquirida por Pierre Paris quien así la describe: “Erguida, grave, un poco rígida; sus labios rosa apretados y sensuales, con un gesto voluntarioso en las mejillas y en el mentón, verdaderamente reina y verdaderamente diosa, ella impera, sosteniendo sin fatiga el peso orgulloso de su gran mitra roja, de la diadema adornada de perlas, de las anchas ruedas con sus colgantes que encuadran el altivo rostro. Sobre sus hombros un poo cargadosostenta el amplio manto, casi sin pliegues y sobre el casto seno muestra en tres vueltas la suntuosidad de los collares”. Estilísticamente La Dama de Elche la obra maestra del arte ibérico, paga tributo al arte griego y al arte púnico a un tiempo; estos dos influjos se sentían en la península ibérica cuando en el siglo V antes de Jesucristo, se ejecutó tal obra, hoy recuperada para España y expuesta en Madrid, en el Museo Arqueológico de Madrid.
La escultura de animales de significación religiosa unas veces realistas y otras veces fantásticos, constituye otro grupo notable del arte ibérico; entre ellos se cuentan como piezas importantes: la bicha de Balazote y el León de Baena (en el Museo Arqueológico de Madrid) y el León del Museo de Córdoba.
Numerosas son las pequeñas figuras en bronce prerromanas que se han hallado en la península ibérica.
Las hay de jinetes, las hay de animales, otras veces son brutos fantásticos, otras composiciones con varias figuras. Si unas debieron ser importadas, otras ya las realizarían los broncistas del país. Parte de ellas han podido datarse como del siglo VII antes de Cristo; y en ciertos ejemplares se percibe un reflejo de determinadas figuras de animales que produjo el arte arcaico en Grecia.
En el aspecto estrictamente constructivo, cabe considerar como obra en parte ibérica las murallas de Tarragona es decir, de la Cose antigua que parcialmente tienen mucha semejanza con las de Tirinto y de Micenas.