El arte hispanomusulmán es el desarrollado en la España musulmana desde las primeras invasiones (711-713) hasta la reconquista de Granada (1492), Para su estudio se divide en etapas, dominadas en general por determinadas características comunes a todas ellas: uso de elementos arquitectónicos de diverso origen (Persia, etc.) como el arco de herradura y la alternancia del ladrillo y de la piedra en el dovelaje y desarrollo de una ornamentación de inspiración geométrica, vegetal e incluso alfabética, provocada sin duda por la prohibición religiosa de representar la figura humana.
El primer período del arte hispanomusulmán corresponde a los tiempos emirales y califales y tiene su principal foco en Córdoba (mezquita, Palacio de Medina Azara, etc.) en su transcurso floreció el arte del marfil.
El segundo período del arte hispanomusulmán corresponde a los reinos de Taifa y consta de varios focos principales. Toledo (actual ermita del Cristo de la Luz). Zaragoza (Palacio de la Aljafería), Granada (el Bañuelo) etc.; en él se construyen o renuevan fortalezas y alcazabas (Almería, Málaga).
El período de las invasiones almohade y almorávide se caracterizan por la austeridad de las artes, a veces se llega incluso al enmascaramiento de ornamentaciones anteriores; su centro principal es Sevilla (Patio de los Naranjos, La Giralda, La Torre del Oro, etc.) decae el arte del marfil y se imponen la cerámica, los tejidos y las taraceas. Por último, florece en Granada el bellísimo arte nazarí o nazarita (La Alhambra, Generalife) que presta gran atención a las artes decorativas o industriales.
Bibliografía: Diccionario Universal del Arte. Pierre Cabanne. Tomo II – Argos Vergara 1979. Barcelona (España)