El modernismo catalán surgió a finales del siglo XIX cuando Barcelona experimenta un increíble desarrollo industrial que impacta en la urbanística y en la arquitectura. A partir de la Exposición Universal de 1888, y la revolución industrial logró formar una burguesía catalana que primaba lo puramente catalán y moderna. El hierro, el concreto se volvieron económicos por la producción masiva.
El modernismo formará un movimiento ecléctico que buscará recuperar la cultura catalana y modernizar Cataluña, que más tarde consigue de la mano de los maestros Lluís Domènech i Montaner, Puig i Cadafalch y Antoni Gaudí. Si bien se plasmó en todas las artes, el modernismo catalán se expresó principalmente en la arquitectura.
La arquitectura modernista catalana quiso renovar los estilos históricos dle romanticismo. Para ello utilizó nuevas técnicas y materiales como el hierro, el cristal. Se inspiró en la naturaleza y buscó crear formas decorativas abstractas que recuerdan el movimiento del agua.
Luis Domenech destaca con su Palau de la Música Catalana.
Antoni Gaudí es el principal exponente del modernismo catalán en arquitectura. Los collages de cerámica de varios colores y la decoración con abundante hierro, además de la combinación de estilos que antes no se fusionaban, hizo de la obra de Gaudí el sello distintivo de Barcelona.
El Parque Güell presenta elementos neogóticos y neomudéjares. A su vez añade formas abstractas y geométricas de inspiración naturalista. Trata de definir a la arquitectura como integrada con la naturaleza.