La arqueología es una ciencia cuyo objeto es la investigación y el estudio de todas las formas tangibles y visibles del pasado relacionadas con la actividad humana o producto de ésta. El término arqueología no se usó hasta principios del siglo XVII. Antes de esto, no había un deseo real de preservar cuidadosamente la historia de culturas olvidadas y, desde luego, nunca una ciencia de investigación de civilizaciones antiguas. Aunque muchos expertos aseguran que “arqueología” no se utilizó hasta el siglo XVIII, Tucídides (siglo V a. C.) tituló su preludio a la Guerra del Peloponeso con la Arqueología (Arqueología; 1.1-1.19), y a Josefo (primer siglo EC) utilizó el término por ell título original de sus Antigüedades de los judíos.
Numerosas expediciones partieron, como cruzados académicos, a Tierra Santa y sus países vecinos, para reconquistar las ciudades bíblicas enterradas, capturar sus contenidos y regresar como valientes nuevos campeones del período de iluminación. Lo lograron, pero en su triunfo destruyeron muchas evidencias históricas que, lamentablemente, nunca pueden ser reemplazadas.
En 1829 se estableció en Roma el Instituto de Correspondencia Arqueológica. Esto preparó el camino para que tanto profesionales como aficionados desarrollen métodos que preservarían la evidencia histórica y evitarían la destrucción gratuita de sitios arqueológicos.
La arqueología es una ciencia auxiliar de la historia y de la historia del arte y a su vez, tienen como auxiliares a la filología, la papirología, la epigrafía y la etnología. Los grandes descubrimientos de la arqueología moderna comienzan en el siglo XVIII con el hallazago de las ruinas de Herculano (1738) y de Pompeya (1748).
Luego, en el pasado siglo XIX el alemán Schliemann, interesado por el desaparecido mundo griego, sacó a la luz las diversas ciudades que se superponen en el emplazamiento de la antigua Troya, las tumbas de Micenas y la fortaleza de Tirinto. Por su parte, el inglés Evans desenterraba en Creta las ruinas del Palacio de Cnosos. Los egiptólogos más célebres fueron Champollion (quien descifró los jeroglíficos) Mariette, Flinders Petrie (que exploró las pirámides y las tumbas reales) y sobre todo lord Carnarvon y Howard Carter (quienes en 1922, descubrieron la famosa tumba de Tutankamon. En Mesopotamia, Botta excavó Khorsabad, Layar localizó en Nínive el palacio de Asurbanipal, Rawlinson descifró la escritura cuneiforme. Ernst de Sarzec sacó a la luz las ruinas de Lagash y finalmente Fresnel y Oppert (y luego Robert Koldewey) hallaron las ruinas de Babilonia. En el siglo XIX los norteamericanos Stephens y Catherwood revelaron al mundo la existencia de la civilización maya con el descubrimiento de las ruinas de Copán. Ricketson estudió la pirámide de Uaxactún y Thompson la ciudad de Chichen Itzá.
En el dominio de la prehistoria los descubrimientos más trascendentes fueron: en 1879 las Cuevas de Altamira y en 1940 las pinturas de las grutas de Lascaux (Francia) y las de Tassili en el Sahara.
Diversas excavaciones a lo largo del siglo XX han completado nuestra información sobre las civilizaciones hitita, inca, sumeria e israelita. Los descubrimientos más espectaculares del mundo se refieren a las primras aglomeraciones urbanas del mundo: el Uad y Jericó en Palestina (VIII milenio) Hacilar y Catal Hüyük en Anatolia (VII milenio) Qalat Jarmo en Turquestán iraquí (V milenio) y Khirokitia en Chipre (5500 a.C.).
Recordemos la importancia de la arqueología submarina y de la arqueología aérea (localización de vestigios enterrados y puestos de manifiesto por la fotografía aérea).
Periodos arqueológicos de la historia
Para el arqueólogo la historia se divide en ocho períodos distintos. Cada período cubre un período de tiempo variable y generalmente se divide en períodos más específicos. No hay fechas de referencia duras y rápidas, sin embargo, en general, todos los estudiantes de la antigüedad están de acuerdo con estas demarcaciones comúnmente aceptadas:
Edad de piedra: antes de 4000 aC
Chalolítico: 4000 – 3150 aC
Edad de bronce: 3150 – 1200 aC
Edad de hierro: 1200 – 300 aC
Helenística: 330 – 37 aC
Romano: 37 aC – 324 dC
Bizantino: 324 dC – 636
Islámico: AD 636 – hoy
Fuente: Diccionario Universal de Arte. Argos-Vergara. Autor: Pierre Cabanne. Tomo I (A-CH) Barcelona 1979.