Al principio, especie de recipiente cóncavusado en la Iglesia primitiva para lavarse las manos. Luego, jarro con pico y asa utilizado para verter agua y dar aguamanos. En la Edad Media, el aguamanil adquirió formas insólitas: leones rampantes, grifos amenazadores, unicornios, dragones, centauros, etc.
Fuente: Diccionario Universal de Arte. Argos-Vergara. Autor: Pierre Cabanne. Tomo I (A-CH) Barcelona 1979.
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