Juan de Herrera (Roiz, Cantabria en 1530 – Madrid en 1597) fue una de las figuras más importantes de la arquitectura española. Trabajó para Felipe II y diseñ{o construyó El Real Sitio de El Escorial.
Las grandes obras arquitectónicas de Bruselas llamaron tan poderosamente su atención de Juan Herrera que permaneció en dicha ciudad durante tres años. Y cuando regresó a España, ya no pensó sino en ser arquitecto, por lo que se puso bajo la dirección de Juan Bautista de Toledo, que entonces estaba proyectando el grandioso monumento de El Escorial.
Cuentan que el rey Felipe II solía subir a la ladera del monte próximo, desde donde contemplaba la construcción de la imponente mole, y felicitaba a Juan de Herrera por la soberbia majestuosidad que le iba dando al edificio. La obra quedó terminada en 1584. El monumentla trabajo de Herrera, la personalidad y el arte único, han dado paso al nombre de un estilo, el herreriano, que siguieron destacados alarifes españoles sobre todo en el siglo siguiente.
La ampliación Palacio Real de Aranjuez se realizó conforme a las trazas dadas por Herrera, y también intervino el Alcázar de Toledo, en la Casa de Contratación de Sevilla, en la Catedral de Valladolid y en muchas obras más, en todas las cuales dejó las huellas de su gusto severo y armónico, en el que, más que los adornos externos, prevalece la belleza de proporciones y la severidad austera, tan propia del gusto español de la época. Herrera, además de arquitecto, contaba con notabilísimos conocimientos de geometría y matemáticas.
La obra de Herrera supuso toda una novedad en el panorama arquitectónico del Renacimiento español, dominado por el decorativismo del plateresco y por las formas italianizantes. Con sus realizaciones, el artífice creó una arquitectura singular que ha dado imagen al reinado de Felipe II.