Existen dos categorías de soldadura. Por presión, esta se realiza sin la utilización de otro material, aplicando presión y también calor. La otra categoría es por fusión, la cual se realiza aplicando calor a las superficies y fundiéndolas. Se puede recurrir o no a la aportación de otro metal para lograr el proceso de fusión.
La soldadura ordinaria o de aleación añade un material para la fusión. Este material se funde y pega las piezas. Estas piezas no se funden entre sí.
La soldadura ordinaria tiene dos subcategorías. La soldadura blanda se efectúa con metales que lleguen un punto de fusión inferior a los 450 ºC y la soldadura dura emplea metales con temperaturas mayores.
La soldadura por gas o con soplete usa el calor de la combustión de un gas o mezcla de gases. El soplete se aplica a las piezas y al metal de aportación. Es un tipo de soldadura portátil. Se diferencia por los gases que utilizan, la soldadura oxiacetilénica (oxígeno/acetileno) y la soldadura oxihídrica (oxígeno/hidrógeno).
La soldadura por arco es el tipo más popular, especialmente para soldar acero. Se usa corriente eléctrica. Genera calor a partir de un arco eléctrico que funde el metal y crea la unión.