Oculto en la espesura de la selva mexicana, el Templo de las Inscripciones fue descubierto en 1773. Es una de las ruinas mejor preservadas de Palenque, el gran reinado maya. Mide 35 metros de alto, con una base que mide 56 x 40m.
En 1950 el arqueólogo mexicano Alberto Ruz descubrió un túnel secreto que conducía a una puerta de losa. Detrás de esta puerta, Ruz descubrió una cripta que contenía el sarcófago de Hunab Pacal, el administrador que comisionó el templo.
Las inscripciones y los frizos relacionados con el dios de la lluvia, Chac, adornan una de las cámaras funerarias. El trabajo en piedra es muy refinado y una vez estuvo cubierto de color rojo ocre, lo que hacía la apariencia de este edificio aún más dramática de lo que parece hoy.