La soldadura de unión y recargue o fuerte es un tipo de proceso de soldadura que une dos metales calentándolos y adhiriendo entre estos un metal de aportación. Su temperatura de fusión debe ser mayor a los 450 Cº y menor al del metal base. El material de aportación se sitúa en el espacio que dejan las dos piezas a unir. Luego se distribuye entre las superficies de unión por atracción capilar.
Este proceso de soldadura suele usarse en la industria y es utilizado para unir la mayoría de los metales y aleaciones. Para obtener uniones sólidas, las piezas deben estar bien adaptadas, limpias y libres de óxidos. Los metales se limpian con sustancias químicas, abrasivos o limpieza mecánica. La distancia entre las superficies debe ser entre 0,003 y 0,08 mm.
Así se lograra una mejor acción capilar. Este tipo de soldadura consigue uniones fuertes y dúctiles, ya que la zona de unión es tanto o más fuertes que las piezas unidas. Es homogénea y de acabado estético.
La temperatura de este tipo de soldadura debe ser elegida considerando los siguientes factores: La temperatura más baja que permita soldar, reducir los efecto del calor en la unión, mantener el metal de aportación y maximizar el cuidado y duración de las herramientas.