Al igual que otra superficie sólida, los golpes de acto impacto pueden dañar el granito. Por su estructura cristalina, se puede saltar si se machaca con objetos cortantes.
Por el contrario, el granito puede absorber manchas como el petróleo, que en última instancia pueden causar manchas oscuras o de decoloración. El calor de las ollas y sartenes o líquidos ardientes no afectará granito en circunstancias normales.
Es una de las piedras más resistentes y duras, aunque a simple vista parezca formada por pedacitos de otras rocas de diferentes colores.
Después de la obra de colocación de las piezas de granito, quedan resto de cemento, yeso. La eliminación de esta suciedad es lo que denominamos primera limpieza. Para efectuarla, utilizamos la acción mecánica acompañada de la ayuda de un ácido, siempre que hayamos comprobado primero que no daña la superficie.
El granito no es poroso, las manchas difícilmente penetran en él a no ser por humedades continuadas. Por ello no necesita ningún tratamiento de protección y, dado que no contiene carbonato cálcico, no puede ser cristalizado. Sin embargo, adquiere un enorme brillo cuando es pulido con diamante.