Todos los diseñadores, arquitectos e incluso clientes, desean más que nada que sus espacios estén iluminados por la luz natural. Cuando esto no es posible, existen alternativas para la iluminación de interiores y exteriores. Por supuesto que la luz natural es aquella emanada por los rayos solares en forma directa. Además de ser única e irreproducible la luz natural, se sabe que cuando impacta directamente en el cuerpo ayuda a sintetizar la vitamina D que ayuda al fortalecimiento de la estructura ósea.
La luz natural en el cuerpo, ayuda a la liberación de endorfinas que son las hormonas que producen sensación de bienestar. La luz natural en el ambiente, también combate bacterias que se encuentran en los espacios cerrados y se reproducen en la oscuridad.
Por otro lado, el diseño solar pasivo nos enseña que en los climas fríos cuanto más tiempo pueda entrar la luz natural a un espacio, mejor calefacción natural tendrá y esto se traducirá en un ahorro de energía.
Los espacios bien diseñados pueden aprovechar al máximo los beneficios de la luz natural.
A través de la iluminación natural se puede dar calor por completo una vivienda sin necesidad de calefacción artificial.
En algunos casos la luz directa del sol, al impactar en superficies perpendiculares alcanza altos valores de potencia y puede provocar el deslumbramiento y aumentos de temperatura. Por estas razones, a veces se prefiere prescindir de la luz solar en los interiores, lo que gracias a la arquitectura bioclimática se ha conocido que es un error.
Los ambientes iluminados con luz natural aumentan la productividad, el humor y el confort de las personas y proveen una estimulación mental y visual necesarias para regular el ritmo circardiano. En el caso de los ambientes de trabajo es importante la luz natural, ya que contribuye en la productividad de los trabajadores. Los ciclos cambiantes de iluminación que da la luz solar son muy importantes para el cuerpo humano.
Una investigación reciente ha puesto de manifiesto el efecto que tiene de la luz del día en la salud humana y las funciones biológicas. Según la Agencia de Protección Ambiental de los EE.UU., los seres humanos en las ciudades modernas pasan más del 90 por ciento de su vida en un espacio interior. Si las personas ocupan ambientes iluminados de forma estática, o inactiva (como la luz artificial durante todo el día) pueden llegar a disociarse con los ciclos naturales de luz y la variación de los niveles de iluminación.
En verano se pueden utilizar diferentes técnicas para paliar la carga de radiación por los rayos solares como cortinas blackout, vitrales, difusores de luz entre otros.
Se puede lograr un justo equilibrio mediante el uso de estrategias activas de control de la iluminación natural como tonos automatizados, así como las estrategias pasivas, por ejemplo los estantes de luz o persianas. El mercado de tonos automatizados, estanterías ligeras y acristalamiento dinámico están aumentando rápidamente en la industria. Estas tecnologías permiten mitigar el movimiento dinámico de la luz solar directa, mientras permiten el paso de la luz natural difusa en el interior del espacio.