La madera de haya ha sido frecuentemente utilizada en la confección de raíles para vagonetas antes de que se incorporara el hierro fundido. Ha sido además la madera más requerida en ebanistería para la confección de muebles, puertas, suelos y cuencas, dado que permite fácilmente el barnizado y pulido, y además se presta favorablemente al curvado y se tornea bien.
La madera de haya también se utiliza frecuentemente en la elaboración de herramientas y fabricación de objetos en tornería. En los hogares se utiliza en la fabricación de taburetes, sillas y, en especial, para elementos torneados de uso doméstico, como mangos de herramientas, juguetes así como para pinzas de la ropa, partes posteriores de pincel y para los contenedores. En interiorismo es muy utilizada. Dado que puede doblarse fácilmente, es muy útil en la confección de aros, cedazos y otras piezas circulares.
La madera de haya es propicia para la confección de remos; y en agricultura, se presta para la fabricación de mangos de herramientas, carretillas, carros y arados. Dada su facilidad para arder y por ser rica en aceites, ha sido muy frecuente su uso como combustible.
Actualmente es muy requerida en tornería y carpintería de interior, ya que se utiliza para fabricar pisos, escaleras, puertas, parquets, muebles de cocina y mobiliario de oficina. Es muy útil en la elaboración de láminas para forrar tableros o contrachapados. La madera de haya es la que mejor se impregna, pudiéndose emplear en cualquier obra hidráulica o marítima, siendo tan resistente como la madera de roble pero más económica en sus costos.