Luis Barragán es uno de los arquitectos mexicanos más destacados del siglo XX, cuyo lenguaje formal se basa en grandes construcciones, en los que los jardines, el agua y la luz se conjugan en una mixtura peculiar de estilos vernáculos y modernos.
Nacido en Guadalajara en 1902, estudió ingeniería civil y arquitectura. Luego de su graduación en 1925 viajó a Europa, donde se deslumbra por el urbanismo, la jardinería y la modelación expresiva del recurso del agua, propio de las culturas mediterráneas. Así se despierta su interés por el paisajismo. Atraviesa una etapa marcada por el racionalismo, donde se aboca a proyectos de carácter netamente comercial en los que diseña residencias de inspiración funcionalista. Pero su fascinación por el diseño de paisajes y jardines, como asimismo el deseo de no depender financieramente de sus clientes para poder adquirir mayor libertad creativa, lo impulsan a desarrollar la actividad de promotor inmobiliario. Es así como en 1940 obtiene un amplio terreno en la Calzada de los Madereros, donde monta jardines que mezclan estilos vernáculos con el espíritu contemporáneo.
En 1945 realiza su famoso plan de urbanización del Pedregal de San Ángel. Esta obra se caracteriza por la preservación del contexto ambiental: los senderos, fuentes, aberturas y rejas se diseñaron en base a las condiciones impuestas por las formaciones rocosas y de lava, y por la vegetación nativa de cactus y chilares. Entre sus obras principales se encuentra también su propia casa, construida en Tacubaya y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2004; el convento de las Capuchinas en Tlalpan; el proyecto de escultura urbana de las torres de Satélite y la Casa Gilardi.
Entre sus mayores reconocimientos se hallan la exposición realizada en 1976 en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, su gran retrospectiva en el Museo Tamayo y el Premio Nacional de Artes adquirido en 1987. No obstante, su mayor logro fue convertirse en el primer y único mexicano en obtener el Premio Pritzker en 1980.