Los invernaderos son las estructuras erigidas para cultivar y preservar especies delicadas de plantas o para cultivar especies por fuera de su ciclo natural. Estas estructuras tienen la particularidad de estar recubiertas de materiales como el vidrio o el plástico que permiten el paso controlado de la luz, manteniendo el aislamiento del espacio y las condiciones climáticas necesarias para la especie de vegetal a cultivar.
Estas condiciones naturales son recreadas con aparatos: luces artificiales en zonas con poca luz o umbráculos para atenuar su exceso. En verano el calor se disminuye colocando paneles oscuros en las cristaleras o con sistemas de ventilación.
En la arquitectura el invernadero retoma estas características para crear espacios que interactúan con el exterior y el interior, creando una mejor iluminación y calefacción.
En invierno son una solución óptima para lograr una mayor temperatura interna que externa, ya que acumulan en su interior el aire caliente al concentrar las radiaciones de la luz solar.
En verano estos mismos espacios pueden ser aprovechados al transformarlos en terrazas, si colocamos paneles que puedan ser removidos con facilidad, de esta manera ya no se acumulara el aire caliente, mejorando la ventilación e iluminación de toda la casa. Otra opción para refrescar el ambiente del invernadero en verano es colocar abundante vegetación, preferentemente con flores y frutales.