La técnica del mosaico proviene de un pavimento usado en la antigua Grecia llamado lithostrotos. Los mosaicos más antiguos datan del siglo VIII a.C. y los griegos lo hacían a base de guijarros o roca suelta.
En los yacimientos de Uruk (la primera ciudad del mundo) se han encontrado restos de obras realizadas en mosaico, las cuales datan de 3500 a.C. Entonces pdoría decirse que el mosaico surgió en la antigua ciudad de Uruk, al SE de Bagdad, en la actual Irak. También vale la apreciación de que los griegos compusieron los primeros mosaicos.
En Anatolia (hoy Turquía) se han encontrado mosaicos del siglo VII a.C. Son trazos sencillos de figuras geométricas sin forma, realizadas en cuatro colores: blanco, negro, azul y rojo.
En tierras persas se destaca “La Caza del León”, que fue encontrado en Pella (Macedonia), y se estima que fue realizado hacia finales del siglo IV a.C. Posee varias particularidades, como la aparición de nuevas gamas de colores, como el verde, el púrpura y el gris. Representa una tenaz disputa entre dos gladiadores y un león, y se exhibe en el Museo Arqueológico de Pella.
El mosaico griego
El mosaico típico de los griegos se denominaba “teselas”, y se realizaba en forma de cubos utilizando pequeñas piedras talladas. El origen de la palabra hace alusión a los cuatro lados que conforman el objeto. Estos cubos se realizaban a base de mármol y piedra caliza.
Los artesanos griegos fueron precursores el arte del mosaico o mosaiquismo. Se consideró mosaico a todo trabajo artesanal hecho con fracciones de roca, madera o vidrio. Los romanos llegaron a expandir el arte y llevarlo a su esplendor.
Los temas de los mosaicos eran muy variados e iban desde temas mitológicos hasta la vida cotidiana o situaciones de caza.
Entre los artesanos mosaiquistas del Imperio romano, se destacan los de Sosos de Pérgamo y Hefestión. En Pompeya (79 a.C.) se encontraron monumentales mosaicos, tanto en paredes como en pavimentos. El mosaico tuvo un papel destacado en el arte romano.
El Imperio Bizantino renovó sus iglesias, nutriéndolas de dibujos de escenas bíblicas en mosaicos.
La técnica del “enguijarrado” traspasó décadas y fue usada por los españoles por siglos, siendo los mayores productores de mosaico de la Edad Media. En ciudades como Castilla y León se pueden observar amplios espacios adornados de mosaicos, en galerías, zaguanes y patios.
No obstante el retorno de la vieja escuela impactó en el siglo XIX, y hubo un descubrimiento del mosaico. Esto se puede apreciar en las obras de arquitectos y artistas como el arquitecto español Antoni Gaudí y el artista mexicano Diego Rivera.
Exquisito muralista, Rivera exhibió sus obras en ciudades de México y Estados Unidos. Una de las más preciadas, llamada “Baño de Río”, fue un mural que Rivera le obsequió al productor de cine Santiago Reachi. Esta obra estuvo más de dos décadas escondida, hasta que finalmente fue restaurado en 2007.
Entre el siglo XIX y XX, Gaudí retoma la vieja tradición española para instalar un estilo único que marcó tendencia en la arquitectura moderna. De impronta religiosa, sus obras tallaron el estilo de ciudades como Barcelona, siendo el más importante artista catalán de la época.
En la actualidad las dos ciudades productoras de mosaico artesanal son Líbano y Siria.
Pero el arte se traslada a interesantes historias como en el Museo del Louvre (Francia), donde se exhibe un mosaico de Lod, antigua ciudad de Israel. De 33 metros cuadrados, fue descubierto por obreros de la construcción de la autopista que une Tel Aviv con Jerusalem, en 1996. La historia de su hallazgo es una de las atracciones del museo francés.