La plomería (del latín: plumbum = plomo) es el sistema de drenaje utlizado para la distribución de agua potable a través de la construcción de tuberías.
Su origen se remonta a las civilizaciones antiguas como la romana, la persa, la india y la china. Los primeros baños públicos fueron realizados por fontaneros (los instaladores de estos sistemas) que permitían la optimización del agua limpia.
Los primeros drenajes se observaron en tierras Mesopotámicas, hace 9000 años atrás. Estos estaban construidos con piedras y manojos de árboles que se utilizaban como filtro de los desagües de las aguas que provenían de los ríos.
En Babilonia se detectaron esas precarias construcciones, realizadas a base de barro, ladrillos y piedras, que posibilitaban el drenaje del agua de lluvia.
Hacia 2.500 a.C la ciudad de Mohenjo-Daro (Pakistán) contaba con sistema de drenaje en las calles. Aquí se encuentran las primeras casas dotadas de baños privados.
Las primeras tuberías de hierro y plomo aparecieron en Grecia, entre el 300 y el 500 a.C. Es aquí donde se observan desarrollados túneles que permitían el drenaje de los desechos y purificaban el agua proveniente de las lluvias.
Estos sistemas primitivos dieron paso a otros más desarrollados. El primer sistema de drenaje de la era Moderna se desarrolla en Inglaterra a mediados del Siglo XVII, gracias al trabajo del ingeniero holandés Cornelius Vanderdelf.
Escocia fue el país pionero en drenaje a través de las denominadas “tejas semicirculares”. Los primeros sistemas de este tipo se encuentran en las Islas Orkney, y datan de 4.500 a.C.
Estos tubos de drenaje fueron los precursores de los que luego se construyeron a base de cerámica. El desarrollo industrial de mediados del Siglo XIX colaboró para la expansión de los sistemas fluviales a lo largo de Inglaterra y el resto de Europa Occidental.
Ya en el siglo XX , los sistemas de drenaje modernos llegan a Estados Unidos y progresivamente se van desarrollando en el resto de América. En la década del ’60, el plomo fue reemplazado por el plástico. Su mano de obra, más económica en comparación con su antecesor, favoreció al desarrollo del sistema de drenaje pluvial.
La instalación manual cedió paso ante la practicidad de la mecánica, en favor de la construcción a gran escala.
En la actualidad el sistema de plomería ha reemplazado al plomo por el acero y el PVC. Una de las razones del cambio de material se debe a que las antiguas cañerías provocaban enfermedades como la plumbosis, que deterioraban la calidad de vida. El cuidado de la vida sustentable ha perjudicado la utilización del plomo, en favor de la disminución de la toxicidad de su componente.
Fibras de árboles (como el coco y la turba) se imponen en las construcciones subterráneas. La fibra de vidrio, en uso hace 40 años, permitió una instalación más rápida y efectiva.
La mecanización de la mano de obra del sector de la plomería aumentó en calidad de instalación, control y duración. Sin embargo, han aparecido otros inconvenientes (como supervisiones ineficientes) que no aportaron la suficiente prestación. Estos aspectos son de suma preocupación de los ingenieros a la hora del desarrollo de nuevos sistemas de plomería.