Las cargas de un edificio, son las vibraciones que se producen por los materiales y mercancías que se encuentran almacenadas, por la maquinaria, mobiliario y ocupantes. También se deben a las fuerzas producidas por los cambios de temperatura en el ambiente, este tipo de cargas son temporales originando movimientos vibratorios y fatiga de los materiales.
Por ello es fundamental que los edificios estén diseñados para tolerar o soportar cualquier tipo de carga, bien sea viva o muerta, y así prevenir un derrumbe, hundimiento, exceso de movilidad, distorsión permanente, daños y roturas significativos en toda la estructura.
Cada uno de los elementos de un edificio es importante y cada uno de ellos juega un papel importante, ya que las cargas de un edificio, deben ser toleradas en toda su estructura, sin sufrir ninguna alteración.
Los cimientos: responsables de la estabilidad del edificio.
Los muros exteriores y separaciones interiores: no necesariamente pertenecen al soporte de la estructura.
La estructura: es la encargada de resistir las cargas y a su vez transmitirlas a los cimientos.
Sistemas de control ambiental, los sistemas de comunicación, los sistemas de transporte vertical y los sistemas de suministro de agua, electricidad y eliminación de desechos.
Las condiciones geológicas del subsuelo, la naturaleza del suelo y los cambios o transformaciones implementadas por el ser humano, son de vital importancia en el diseño de la estructura de una edificación, de ahí depende en gran medida que, al generarse las cargas de un edificio, sus cimientos puedan soportarlas.