El oro, Au según su nomenclatura en química, es el metal que se caracteriza por su color amarillo, que puede ir variando hacia gamas más rojizas, y su brillo. El oro tiene como característica principal, ser el metal más maleable y dúctil que existe, por eso para tornarlo más fuerte y duro es aleado a otros metales, generalmente plata o cobre. Además, el oro, se clasifica como un metal noble por la resistencia que presenta frente a la acción corrosiva del agua y del oxígeno del aire. Al ser inactivo y no oxidarse, el oro no pierde su color ni su brillo.
El oro también se caracteriza por sus elevados puntos de fusión y ebullición. El primero se encuentra a los 1.064 º C, mientras que el segundo es a los 2.970 º C.
Naturalmente suele encontrarse en estado sólido en forma de pepitas, depósitos aluviales -es decir en los sedimentos transportados por las aguas de los ríos- o en inclusiones en algunos minerales como las vetas de cuarzo o pirita. La principal teoría acerca de su origen sostiene que el oro proviene de las supernovas -explosiones estelares-, por lo que la cantidad de oro existente es limitada.
El oro no presenta cambios ante una gran variedad de productos químicos, aunque resulta alterado por el cianuro, el mercurio y el cloro. Por la oxidación misma que el cianuro genera en el oro es empleado para la extracción de este metal.
Históricamente, es uno de los metales preciosos considerado así por ser de los más valiosos. Por ello, es utilizado como símbolo de distinción y como reserva de valor económico perenne.