El Capital Gate es el edificio que el jeque de Abu Dabi quiere que sea el emblema del emirato. Pidió que ni fuese el edificio más elevado, ni el más grande sino que desafíe las leyes de la arquitectura. Un equipo de arquitectos de la mano del sultán Bin Tahnoon Al Nahyan, primo del jeque Khalifa bin Zayed Al Nahayan, se propusieron diseñar un edificio cinco veces más inclinado que la torre de Pisa de Italia.
Para mantener en pie Capital Gate hay numerosos cálculos para contrarestar la fuerza de la gravedad. Todo comienza por los cimientos a varios metros de profundidad. Una parte del edificio descansa sobre el suelo pero la otra tiende a arrancar los cimientos y eso es porque hay una parte que sobresale mucho.
La solución para lograr el efecto inclinación sin que la construcción colapse, está en poner 400 pilares de hormigón en los cimientos que cumplirán dos funciones: debajo de la parte inclinada, la mitad de los pilares contrarrestan la fuerza de la gravedad, del lado opuesto el resto de los pilares penetran más en el suelo, para resistir las fuerzas que intentan arrancar el edificio del suelo.
Finalmente para distribuir de manera uniforme las fuerzas de Capital Gate se colocará por encima de los pilares una gruesa loza de hormigón reforzada con acero
Las excavadoras han sacado 6000m3 de arena y al cabo de ocho semanas cientos de pilares han sido incrustados en el suelo.
El jeque solo ha dado 24 meses al equipo de proyectistas, arquitectos e ingenieros para diseñar y completar el trabajo. Desea tener la torre terminada para la Cumbre Mundial de la Energía en 2013.
Una vez terminados los cimientos ya es posible comenzar a levantar las plantas del edificio. Pero el grado de inclinación de la torre hace que no se puedan seguir los métodos tradicionales de construcción de rascacielos. Los arquitectos diseñaron una torre curva e inclinada. Los rascacielos tradicionales están construidos alrededor de un núcleo principal que ayuda a dirigir el peso del edificio hacia el suelo.
Este edificio, dice Tony Archibold, aquitecto a cargo: “se desvía mucho del centro y es imposible que funcione ningún núcleo tradicional, no se puede construir un núcleo derecho no aguantaría”. Con un núcleo tradicional la parte saliente del edificio tiraría hacia un lado y haría que el hormigón se partiese.
Los ingenieros han diseñado dos soluciones innovadoras: la primera parte consiste en hacer que el núcleo se doble en la dirección opuesta a la inclinación del edificio.
Luego a medida que el edificio aumenta de tamaño su peso vuelve a enderezar el núcleo. En total el núcleo se desvía 350 mm y el efecto es significativo. El hormigón queda comprimido y reforzado.
“Se construye con una curva -explica Archibold- y a medida que añadimos los bloques de las plantas superiores, recupera la verticalidad, de modo que todo el núcleo vertical está en tensión y eso lo dota de muchísima fuerza”.
El Jefe de Obra, Less Fairchild, dice que es el núcleo más complejo que ha construido hasta ahora. “El ángulo de inclinación es lo que permite sujetar el edificio”.
El núcleo se construye con una técnica llamada encofrado deslizante. Se monta una armadura de barras de acero, en torno a ella un encofrado que le da la forma al núcleo, luego la armadura se rellena con hormigón y se sube el encofrado un nivel, para comenzar el proceso otra vez. El hormigón del núcleo se refuerza con varillas de refuerzo. Para que la obra avance hay que echar el hormigón durante la noche ya que durante el día las temperaturas de 50 grados hacen que se resquebraje.