La calera es un horno con estructura de mampostería refractaria. De forma cónica, puede llegar a tener entre 3 y 7 metros de altura. Una calera contiene una boca de carga junto con una bóveda en su interior. A ella se accede por medio de un terraplén. Desde allí se volcaban los materiales de quema para intercambiar el oxígeno con la parte inferior del horno.
Estos materiales estaban sostenidos en una parrilla. El interior está hecho de piedra, barro, cal y ladrillos colocados en forma ordenada. En la calera se calcina la piedra caliza.
Es el espacio físico en donde se producía cal en forma artesanal. La manera de producir es aplicando calor a la piedra caliza, conocida en la comunidad científica como carbonato de calcio.
Para realizar la descomposición se suelen utilizar temperaturas que oscilan entre los 800º y 1000º. De esta manera se obtiene la cal viva, técnicamente óxido de calcio. La primera etapa del procedimiento era la extracción de piedra caliza. Luego se carga el horno con las piedras para calcinar las mismas.
El proceso termina cuando la piedra caliza queda liviana. Si se rompe fácilmente es porque la cal estaba bien cocida para luego ser extraída del horno. Para poder ser utilizada en la construcción la cal necesita ser hidratada.