La mayoría de nosotros experimenta la arquitectura más destacada a través de fotografías. Podemos imaginarnos mentalmente edificios como la Torre Eiffel y la Casa de la Opera de Sydney incluso sin haber estado allí.
Más allá de esta tradición, hoy existe un nicho de arquitectura fotográfica, que tiene más que ver con cómo se siente un edificio, que en cómo se ve.
Una reciente exposición fotográfica: “Más allá de la Tarea: Definir Fotografías de Arquitectura y Diseño en Los Ángeles” se centra en sólo eso, en mostrar a través de las imágenes una vista más subjetiva que las fotografías habituales de edificios impresionantes y modelos rígidos.
Estos fotógrafos “pretenden crear impresiones visuales duraderas en una época en la cual la arquitectura ilimitada y el diseño en las noticias pueden ser digeridos y olvidados en segundos en la web”, dice Bilyana Dimitrova, comisario de la exposición, ella misma es editora y fotógrafa.
Estas fotos reconocen el componente emocional que los edificios experimentan y responden a ella de la misma manera.
En la fotografía de Undine Pröhl de una casa futurista construida por Charles Deaton, por ejemplo, se plantea una mujer en el borde de la terraza con forma de platillo volador enmarcada por el cielo y unas montañas rocosas. La idea fue transmitir el sentido de empoderamiento que una casa como ésta concede a sus ocupantes.
Paul Warchol demuestra que siempre hay otras escenas para capturar alrededor de los márgenes de una imagen icónica. Toma fotografías de algunos de los edificios más conocidos del mundo: las pirámides de Egipto. Pero, al igual que los otros fotógrafos de esta muestra, eligió un ángulo desconocido, y en primer plano nos muestra una vista íntimamente a escala de una resplandeciente morada subterránea con la luz del fuego.
Las olas de acero del techo de una sala de conciertos de Frank Gehry en el estado de Nueva York, en una fotografía de Dimitrova, son relegadas a la orilla de su marco. Ella considera la relación de estas olas, con las formas de las ramas de los árboles y las nubes como esencial.
“A través de la difusión de nuestras imágenes en los medios de comunicación”, escribe Dimitrova, “Definimos cómo el público ve el entorno construido. A pesar de eso, somos figuras anónimas ocultos detrás de los proyectos en los que fotografiar”.