Las formas implícitas en cada edificio potencial tiene en sí mismas la posibilidad de responder bien o mal a cualquier clima. Cómo el edificio se comporta depende del diseño de la forma, la planificación del mismo, la disposición y medida de aberturas internas y externas, la orientación de sus espacios, las conexiones entre estos y del entorno inmediato del edificio. La lógica de la optimización climática puede infundir el diseño completo.
La realización de un edificio implica la necesidad de modificar el clima. A través de su interacción con los alrededores, o la falta de ellos, todo edificio modifica tanto su clima interno como el externo.
La lógica de la optimización climática se extiende a la escala de lo urbano, así como el plano del edificio.
El conocimiento sobre una respuesta apropiada a la climatología estuvo implícita en muchas formas tradicionales de construcción y de vivir. Hoy ese conocimiento, no forma parte automáticamente del repertorio de conocimientos del arquitecto: debe ser reaprendido.
Arquitectura amigable con el clima