El acero corrugado es un tipo de acero que se utiliza junto con el hormigón en masa como parte constitutiva del hormigón armado. El acero reemplaza la deficiencia de resistencia a tracción que tiene el hormigón. Se fabrica por laminación en caliente.
El acero corrugado, de resistencia superior al acero redondo común, posee resaltes verticales o inclinados respecto al eje longitudinal de la barra de manera de mejorar la adherencia al hormigón. Existen tres calidades distintas de acero corrugado: grado 40, grado 60 y grado 75, aunque la construcción se utiliza el grado 60 cuyo esfuerzo de fluencia es de 4200 kg/cm2 y su resistencia mínima a la tracción a la rotura de 6300 kg/cm2.
A su vez, el hormigón recubre a las barras de acero proporcionándole una mejor protección frente a la oxidación y favoreciendo su durabilidad.
Las principales ventajas del uso del acero en el hormigón son que le aporta al hormigón un nivel de ductilidad del que carece y que tiene una mayor deformabilidad antes de llegar a la rotura.
Los diámetros de las barras existentes en el mercado es el número que define el círculo respecto del cual se establecen las tolerancias: 6-8-10-12-14-16-20-25-32 y 40 mm. Generalmente, el uso que se le da a cada una de estas barras es el siguiente:
– Para las armaduras de reparto se utilizan las barras de diámetro chico (6)
– Para cercos y estribos las de diámetro 6-8
Para armaduras de piel y montaje las de diámetro 8-10
Se utilizan el resto de las barras como armaduras para la absorción de los esfuerzos de tracción y compresión de los elementos estructurales.
Las barras de acero corrugado se sueldan mediante los procedimientos tradicionales y no requieren un tratamiento térmico posterior. Además tienen un excelente desempeño en condiciones extremas de temperatura. Se han realizado pruebas a 600°C y a -196°C y tanto la resistencia a la tracción como la ductilidad prácticamente no han variado.
Las distintas armaduras que se pueden armar a partir del acero corrugado son las siguientes:
– Armaduras longitudinales: este tipo de armaduras se colocan a lo largo de toda la pieza de hormigón armado. Las armaduras longitudinales principales absorben los esfuerzos normales en cada sección transversal de la pieza. La armadura longitudinal de montaje se utilizan para facilitar la colocación y montaje de las armaduras transversales. Las armaduras longitudinales de reparto se utilizan en elementos superficiales como losas y forjados.
– Armaduras transversales: cumplen la función de generar un efecto de zunchado del núcleo de hormigón que encierran; impiden el retuerzo de las armaduras longitudinales en compresión y facilitan el montaje y permanencia de las armaduras en su posición correcta durante el hormigonado. Las formas que pueden tener este tipo de armaduras son: cerco, estribo, horquilla, zuncho y red ortogonal.
– Armaduras de atado: están conformadas por los atados de nudo y los atados de cosido. Se unen con alambres de atar o alambre de acero de 1mm de diámetro.