Una de las fases del diseño arquitectónico es la observación del entorno. La observación participante es una de las técnicas a utilizar a la hora de encarar un proyecto gracias a la cual surgirán nuevas ideas y formas de trabajar. Por ejemplo en antropología para los estudios exhaustivos, el antropólogo debe ser observador participante que es una técnica de estudio que permitió analizar muchas tribus salvajes de la Polinesia.
Los arquitectos más exitosos han diseñado en base al entorno, por ejemplo Santiago Calatrava o Van der Rohe han sido exhaustivos estudiosos del entorno donde irían ubicados sus proyectos. Los mejores arquitectos buscan puntos de apoyo y representar la forma de las estructuras cercanas a fin de que el edificio sea un complemento del entorno y no una nota discordante.
Mediante la observación el arquitecto describe una serie de detalles funcionales y estructurales aplicables al diseño arquitectónico. Los espacios abiertos, el cielo, los transeúntes, el tráfico, otras estructuras, la migración de las aves, la flora, la fauna son aspectos clave que cualquier buen arquitecto debe observar empíricamente antes y durante el proceso de diseño arquitectónico.