El placer de gozar de la arquitectura no debe ser exclusivamente de los ricos o las personas con alto poder adquisitivo. Si consideramos a la arquitectura un arte, y la edificación de una obra que perdurará en el tiempo un patrimonio de una comunidad, todos deben poder tener acceso a habitar una buena estructura. El arquitecto tiene un papel no sólo a nivel comercial sino también con la sociedad.
La arquitectura económica es aquella que es accesible para todos. Dentro de la arquitectura económica encontramos varias dimensiones. Por un lado los diseños elaborados a partir de materiales de construcción sustentables como la arcilla, la tierra, piedra, madera entre otros.
Estos materiales se extaen de la naturaleza, a menudo del entorno donde se construirá la edificación.
Entonces las viviendas o los edificios sustentables son un buen ejemplo de arquitectura económica.
Por otro lado, las viviendas prefabricadas, o construidas a partir de módulos diseñados para producirse en forma masiva son otro ejemplo de arquitectura económica. Estas viviendas, cuestan hasta un 70% más baratas que las viviendas tradicionales. Son económicas y accesibles a todos los bolsillos.
Otro ejemplo de arquitectura económica es la arquitectura rural. Si bien también son viviendas construidas con materiales naturales también encontramos comunidades enteras rurales.
Estos ejemplos son claves para entender que cualquier persona puede vivir en un espacio dieñado por un arquitecto y sin gastar demasiado dinero.