La arquitectura bioclimática es aquella que tiene en cuenta el clima y las condiciones medio ambientales para ayudar a alcanzar un óptimo confort en el interior de la edificación. Intenta no depender de sistemas mecánicos para aclimatar el espacio. En esta corriente, la actitus del hombre frente a las condiciones externas se denomina comportamiento térmico pasivo.
Un buen ejemplo de esta arquitectura es el uso de la ventilación natural. Este tipo de arquitectura no es nuevo. Muchos estilos arquitectónicos tradicionales trabajan bajo los principios bioclimáticos. Algunos ejemplos de arquitectura con comportamiento térmico pasivo, son las casas del sur de España cuyas ventanas están orientadas para aprovechar las corrientes de aire en esa zona tan cálida cercana al norte de África. En estos pueblos enclavados en laderas la utilización de masa térmica como el adobe con un revestimiento de cal en las paredes de estas casas de Andalucía, crea un microclima interno permanente cuando se combina con la ubicación.
El diseño solar pasivo permitirá aprovechar los rayos del sol tanto en verano como en invierno.
La arquitectura bioclimática estudia la forma de aprovechar el clima externo, la orientación, los materiales de construcción naturales para crear una construcción confortable por dentro sin depender de sistemas mecánicos de aire acondicionado o calor tradicionales.
Busca ahorrar energía y reducir uso de aparatos eléctricos para aclimatar los ambientes como ventiladores, estufas y caloventores.
Las casas pintadas de blanco en el Caribe para tolerar los rayos del sol o las paredes gruesas de los edificios en países escandinavos, la utilización de cortinas blackout, son prácticas propias de la arquitectura bioclimática.